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La cuarentena por COVID-19, el insomnio y el embarazo

  • Foto del escritor: María Rodriguez
    María Rodriguez
  • 3 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Tras el confinamiento en casa por el ya famoso COVID-19, el insomnio en muchas personas está a la orden del día ya que, al no salir de casa, nos falta cansancio y por tanto, el tan ansiado sueño, además de sentirnos estresados entre estas 4 paredes. El reloj marca las 3 de la mañana y sigues mirando a la misma motita en el techo que cuando te acostaste. ¿Te suena? Seguro que si, y si estas embarazada esto no es nuevo.




El insomnio o la falta de sueño es una patología muy frecuente en la población general, no solo en el embarazo. Se calcula que alrededor de un 10 a un 15 % de la población adulta padece insomnio crónico y que un 25 a 35 % ha sufrido un insomnio ocasional o transitorio en situaciones estresantes.

Con la edad el sueño varía. Un recién nacido duerme de media unas 18 horas, un adulto joven de 7,5 a 8 horas generalmente y un anciano alrededor de 6 horas y media. También es distinto con el sexo.


Debido a los ciclos hormonales (pubertad, menstruación, embarazo, puerperio y menopausia). Las mujeres presentamos un patrón del sueño distinto a los hombres. Las niñas empiezan a presentar sueños más prolongados que los niños y esto cambia cuando llega la adolescencia, donde el sueño profundo de las chicas comienza a decrecer. En la edad adulta, las mujeres presentan por lo general un sueño de peor calidad que los hombres, haciéndose hincapié antes o después de la menstruación.

El insomnio es una patología que debe ser reconocida por un especialista en trastornos del sueño. De hecho, os pongo por aquí una tabla de las distintas clasificaciones sobre el insomnio:




Pero en el embarazo es algo tan común que se da por hecho que se padece.

Aproximadamente tres de cada cuatro mujeres embarazadas afirman que su sueño se empobrece gravemente a lo largo del embarazo hasta el tercer trimestre.

Y es por distintos motivos, entre ellos el aumento de ansiedad y la incomodidad. Dado que el embarazo no es una enfermedad, se considera que el insomnio que se padece es de tipo primario.



El insomnio primario consiste en la dificultad para iniciar y mantener el sueño, o la sensación de no haber dormido un sueño reparador. El insomnio produce durante la vigilia una disminución de la concentración, falta de energía física, alteraciones del comportamiento y de las emociones.



¿Pero qué pasa realmente? ¿Por qué no podemos dormir?


El sueño se controla por varios factores y el más importante son los ritmos circadianos (son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario). La falta de horarios regulares para acostarse, cambios de hábitos, consumo de café, refrescos de cola y demás producen cambios en estos ritmos, lo que se considera ‘una mala higiene del sueño’. Y a esto le sumamos que estamos embarazadas, por lo que encima tenemos una bomba de hormonas en nuestro cuerpo.


Varias hormonas controlan el sueño en las personas, las más relevantes son la melanina y la dopamina. Pero también la progesterona y los estrógenos. Os suenan, ¿verdad? Estas hormonas ayudan a conciliar el sueño.


La progesterona y los estrógenos (en concreto, el estriol) son las hormonas que ayudan a mantener el embarazo y el crecimiento del feto. En el primer trimestre, estas hormonas son altísimas y es por eso que la mayoría de las mujeres presentan mucho sueño en las primeras semanas. A medida que avanza el embarazo, estas hormonas van cayendo, llegando incluso a desaparecer porque ya han cumplido bastante con su cometido, ¿no creéis? Esto hace que el sueño se vea muy afectado y ya no solo por las hormonas, si no porque las embarazadas llevan ya bastante peso encima y encontrar una postura cómoda para dormir es prácticamente imposible.

¿Y cuál puede ser el tratamiento?


En el embarazo

Si el insomnio está afectando de forma significativa a la vida de la mamá, se aconseja fomentar medidas de higiene del sueño correctas y a hierbas naturales relajantes. Si esto no surgiera efecto, se pueden recetar hipnóticos no benzodiacepínicos ya que se ha observado un incremento de la incidencia de anomalías congénitas en el recién nacido (paladar hendido y labio leporino) en relación con el uso de algún benzodiacepina durante el primer trimestre del embarazo, por lo que no se recomienda su uso.

En período de la lactancia

De igual forma, todos los benzodiacepinas que toma la madre aparecen luego en la leche materna y tienen acción en el lactante, por tanto, se deben evitar durante este período, así que los tratamientos son casi idénticos a la época de embarazo.



BONUS: ¿Los bebés pueden también tener insomnio? Si, pero no por causas estresantes como en la mayoría de las personas, si no que pueden llegar a tener insomnio y de forma crónica, además, y una de las causas más comunes es el consumo alto de cafeína de la madre durante el embarazo (en embarazadas que han tomado mas de 6 tazas de cafés al día).

¡Espero que llevéis el insomnio lo mejor posible en este confinamiento, y que consigáis conciliar el sueño! Muchos besotes, como siempre.









Fuentes:



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